El Cloud Computing necesita un marco jurídico estable

La tormenta para Amazon aún no ha terminado. Tras la expulsión de su Cloud Computing de wikileaks argumentando violaciones en los términos y condiciones del contrato; ahora, aparece en escena, Joseph Reger, el director de tecnología de Fujitsu Technology Solutions, manifestando que la acción de Amazon suposo una grave amenaza para el Cloud Computing:

«Si un proveedor puede poner fin al servicio de una forma tan fácil, entonces los escépticos hacia esta tecnología verán reforzadas sus convicciones, al poner en tela de juicio la seguridad y disponibilidad de la Computación en la nube. Muchos clientes potenciales han estado prestando atención a todo lo acontecido, y ahora se ven obligados a reconsiderar su idea de ingresar en el Cloud Computing. La reputación del Cloud Computing ha sido dañado. «

La industria del Cloud Computing necesita un código de conducta común para que los clientes sepan, en todo momento, lo que pueden esperar del proveedor. «Hemos tenido el tiempo suficiente para resolver todos los interrogantes sobre el Cloud Computing, ahora es el momento de dar una paso más en el desarrollo de este sistema» afirmó Joseph Reger.

Y algo sucede en este momento sobre el desarrollo de un proyecto o Código Deontológico que marque las pautas futuras del Cloud Computing, científicos como Rangaswami, Ray Wang trabajan en esa dirección. En Europa, el organismo EuroCloud también debate sobre el código que debe estar presente en los contratos entre las empresas de Cloud Computing y sus clientes.

Pero no se trata de una conversación que concierne a empresas y usuarios, los gobiernos también deberían de estar presentes en este debate; pues no se pactan o disponen medidas de seguridad o protocolos de actuación únicamente; la libertad de expresión entra en juego en el Cloud Computing y por tanto los ejecutivos de cada país deberían de aclarar si las barreras que protegen los derechos de libertad de expresión en la tierra, también se van a defender en la nube de computación, aunque se encuentren «a más de cinco mil metros de altura».